jueves, 11 de enero de 2018

¡Ay, patera de mi corazón¡

Dame tu abrazo, madre, que tengo frío. Dame tu aliento que me acompañe en éste viaje, lleno de sueños, ilusión y olvido. Dame tu mano, que voy perdido, en ésta noche, en éste mar tan manso, tan grande, tan oscuro... Dame tus besos que ando sombrío, que éstos que tiemblan no son mis gentes, ni mis paisajes...no son los míos. Dame tu voz y cuéntame que estoy a salvo, que el nuevo día está esperando, con otros besos, otros paisajes, con otros mundos mucho más justos. No llores madre que las estrellas están mirando. No llores madre, que el nuevo día ya esta llegando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ay, mi Carmela