viernes, 5 de enero de 2018

Noche de magia

Ya era muy tarde, yo quería cerrar los ojos pero no podía. Tapada hasta la nariz con las mantas ( antes no había nórdico), con un nudo en el estómago, el corazón se me salía del cuerpo, me zumbaban los oídos...¡mira que si me pillan despierta¡ Y al poco rato el ruido del papel, las pisadas de puntillas... ¡ya está, ya han dejado los regalos, ahora sí me podré dormir¡ Y al día siguiente ahí estaban, mi máquina de plastilina, la Sta. Pepis, mis chuches y chocolatinas, y poco más, pero ¡qué maravilla, hasta la luz del pequeño comedor parecía de cuento!, o así lo recuerdo. Después la magia siguió con las niñas, los dos preparando los regalos, hablando en susurros para que no se despertaran (siempre han sido muy bichitos para dormir), y acostarnos deseando que amaneciera para verles las caritas... Y Ahora, con la calma que te dan los años, también es bonita ésta noche, un poco nostálgica por lo vivido, pero con ganas de disfrutar las que nos quedan por vivir. Volveremos a colocar los regalos, volveremos a verles las caritas recordando las personitas que fueron y mirando con orgullo en las maravillosas personas que se van convirtiendo. Nos miraremos a los ojos, un poco más cansados, pero satisfechos por lo que hemos conseguido. Posiblemente en algún momento, recordaremos cuando nuestros padres lo hacían por nosotros, y eran fuertes, y grandes, y nos protegían de todo lo malo... Pero ahora toca seguir hacía delante, toca seguir ilusionados, cuidando y amando nuestro pequeño mundo, saboreando cada Noche de Reyes como si fuera la última, como si fuera la primera...
¡Feliz Noche de Reyes!

2 comentarios:

  1. La noche más mágica. Cuando la vivimos con ojos de asombro; cuando esperamos ansiosos ver en nuestros hijos ese mismo asombro; cuando ya han crecido y damos la vuelta de tuerca para convertirles en cómplices... nosotros bajábamos los cuatro cada noche de Reyes a Barcelona para encontrarnos con otros cuatro locos nostálgicos y pasear la feria y comernos el roscón de Reyes sentados en un banco de la Gran Via. Y aún hoy mi hija mayor, que ya se ha independizado y vive en pareja, esta noche viene a cenar y a dormir a casa para dejar sus zapatos junto al farolillo en el porche.
    Gracias por despertar todo eso con tu precioso texto.
    Gracias, Ali. Feliz noche 😘😘😘

    ResponderEliminar

Ay, mi Carmela